miércoles, 21 de marzo de 2007

LA LEY DEL MAS FUERTE.



¿Por qué odio a la gente? (cuando conducen su auto al mismo tiempo que yo)

Desde que nacemos nos convencen de que somos los más lindos, los más inteligentes, que si sacaste los ojos de papá o la boca de mamá (chiste subido de tono). En el jardín infantil es dónde toma aún más un tono de competencia, inducido quizás de forma inconsciente por la párvulo (para el resto de latinoámerica; profesora o maestra de los infantes muy jóvenes) qué da cómo ejemplo que Francisco es inteligente porque se lavó las manos antes de comer; que yo sepa es una costumbre que casi todos hacemos o deberíamos realizar sin ser considerados el sucesor de Bill Gates (gurú de los PC'S y de Windows).

Saltándonos todo el período de la pubertad, la adolescencia y la adultez, llegamos al tema de hoy; ¿por qué me "engorilo" cuando manejo? No me mal entiendan, me encanta manejar y lo digo sinceramente, siento una sensación de libertad magnífica, sentir la potencia del motor al toque de mi pie derecho (machismo total o fetichismo material), poder bajar la ventana y percibir el aire en mi cara; claro luego viene el semáforo, el vendedor de maní confitado, el niño que ensucia el parabrisa, sorry.. quize decir que limpiándolo lo ensucia, etc.
Súbitamente acudo a mi colección de mp3`s en busca de mi salvavidas; la adorable Joss Stone, capaz de apacigüar mi engorilamiento (palabra inexistente en el diccionario) con su suave voz al ritmo de blues. Lamentablemente la sensación dura menos que un orgasmo; aunque he escuchado que el sexo tántrico puede prolongar el éxtasis. En el mejor momento cedo el paso a una amable mujer en una monstruosa 4x4 último modelo, juro haber olido el perfume de Channel que traspasaba su vidrio levemente polarizado, con mi mayor satisfacción de haber realizado una acción de caballero y esperándo al menos una leve sacudida de mano agradeciéndo, soy bendecido con una cara de soberbia-principesca-sangre-azulada que desmorona mi alegria como el rotundo no que alguna vez recibiste acompañado de un gentil; te quiero pero como un amigo.

Es lamentable que una actividad tan cotidiana como el conducir un vehículo se torne tan desagradable, pero como las personas son adaptativas, encuentro mi solución; manejar de noche, al menos de esa forma puedo dar rienda suelta a ese placer que siento tras un volante, que no necesariamente implica manejar rápido, sino disfrutar de ir de un punto A, a un punto B.

Moraleja; siempre va a ganar el más fuerte, en mi caso el ser amable no es sinónimo de éxito, pero quién sabe quizás la tercera oportunidad será la vencida.... o ¿seré vencido yo?
PD. Los hechos relatados son mera "invención" del escritor, cabe destacar que no hay distinción de sexos, la mujer del 4X4 pudo perfectamente haber sido un hombre de pelo largo...
Alex Caves

1 comentario:

Unknown dijo...

Mira tu, es buen pensamiento, esto de los autos, del manejar, yo manejo poco y claro, se siente riko, se siente libertad, ya q puedes ir a donde sea, pero no se, hay gente bruta pa manejar q no deveria manejar, pero bueno, asi es la cosa no mas.

Saludos