lunes, 23 de abril de 2007

¿Y tu a que te dedicas?.... A trabajar del trabajo.

Cuán agradable fue mi sorpresa al enterarme que un "amigo" requeriría de mi experiencia laboral para realizar una de mis pasiones; producción, medios y relaciones públicas para un evento internacional. Llevaba mucho tiempo dedicándome a estudiar y había quedado de lado esa increible sensación de sentirse útil sabiéndo que la tarea se está llevándo a cabo de la mejor forma.
Es una condición humana lograr la homeostásis (equilibrio dinámico búscado por todos los seres vivos), nunca es posible mantenerse sólo en un estado, de alguna forma el organismo busca resolver la condición desorbitada; en mi caso eso hice, dejé momentáneamente de lado los estudios y me dediqué a lograr ese tan ansiado equilibrio trabajándo en mi área fuerte.
Fueron dos semanas agotadoras pero llenas de aventuras, elogios, alegrías y preocupaciones; todos remándo contra la corriente pero perfectamente sincronizados. Sincronización que desapareció tan rápido como cenizas en mano de un motorizado (1) a raíz de ciertos "problemas técnicos".
Por suerte tengo a mi haber varios conocidos que presenciaron mi labor y me consta que no pudo haber sido mejor, pero como todo en la vida, existen altos y bajos, ganadores y perdedores, pérdidas medidas y personas presindibles.
Yo ésta vez fuí un peón bajo el mando de varios caudillos; gracias a la experiencia recibida, seré Señor Feudal en tierra de caudillos y peones.

(1) (Dígase persona conocida por tener licencia específica para ese tipo de vehículo motorizado, cuya destraza al mando del manubrio es idolatrada por muchos y odiada por otros que han visto como ha volado el retrovisor tras el fugaz paso del Cometa "Harley").

Consejo del día: Mezclar la amistad con los negocios, es tan imposible como pedirle al Presidente de un país que reconozca que le gusta en 4... tomas distintas grabar un discurso.
Alex Caves.

miércoles, 21 de marzo de 2007

LA LEY DEL MAS FUERTE.



¿Por qué odio a la gente? (cuando conducen su auto al mismo tiempo que yo)

Desde que nacemos nos convencen de que somos los más lindos, los más inteligentes, que si sacaste los ojos de papá o la boca de mamá (chiste subido de tono). En el jardín infantil es dónde toma aún más un tono de competencia, inducido quizás de forma inconsciente por la párvulo (para el resto de latinoámerica; profesora o maestra de los infantes muy jóvenes) qué da cómo ejemplo que Francisco es inteligente porque se lavó las manos antes de comer; que yo sepa es una costumbre que casi todos hacemos o deberíamos realizar sin ser considerados el sucesor de Bill Gates (gurú de los PC'S y de Windows).

Saltándonos todo el período de la pubertad, la adolescencia y la adultez, llegamos al tema de hoy; ¿por qué me "engorilo" cuando manejo? No me mal entiendan, me encanta manejar y lo digo sinceramente, siento una sensación de libertad magnífica, sentir la potencia del motor al toque de mi pie derecho (machismo total o fetichismo material), poder bajar la ventana y percibir el aire en mi cara; claro luego viene el semáforo, el vendedor de maní confitado, el niño que ensucia el parabrisa, sorry.. quize decir que limpiándolo lo ensucia, etc.
Súbitamente acudo a mi colección de mp3`s en busca de mi salvavidas; la adorable Joss Stone, capaz de apacigüar mi engorilamiento (palabra inexistente en el diccionario) con su suave voz al ritmo de blues. Lamentablemente la sensación dura menos que un orgasmo; aunque he escuchado que el sexo tántrico puede prolongar el éxtasis. En el mejor momento cedo el paso a una amable mujer en una monstruosa 4x4 último modelo, juro haber olido el perfume de Channel que traspasaba su vidrio levemente polarizado, con mi mayor satisfacción de haber realizado una acción de caballero y esperándo al menos una leve sacudida de mano agradeciéndo, soy bendecido con una cara de soberbia-principesca-sangre-azulada que desmorona mi alegria como el rotundo no que alguna vez recibiste acompañado de un gentil; te quiero pero como un amigo.

Es lamentable que una actividad tan cotidiana como el conducir un vehículo se torne tan desagradable, pero como las personas son adaptativas, encuentro mi solución; manejar de noche, al menos de esa forma puedo dar rienda suelta a ese placer que siento tras un volante, que no necesariamente implica manejar rápido, sino disfrutar de ir de un punto A, a un punto B.

Moraleja; siempre va a ganar el más fuerte, en mi caso el ser amable no es sinónimo de éxito, pero quién sabe quizás la tercera oportunidad será la vencida.... o ¿seré vencido yo?
PD. Los hechos relatados son mera "invención" del escritor, cabe destacar que no hay distinción de sexos, la mujer del 4X4 pudo perfectamente haber sido un hombre de pelo largo...
Alex Caves